BODEGA Y VIÑEDOS
BODEGA
Bodegas Fariña se levanta en Toro, en un entorno de viñas viejas, con una construcción exterior inspirada en la arquitectura tradicional, que contrasta con la tecnificación interior de una bodega que representa en sí misma el equilibrio entre tradición y modernidad, valores que hemos mantenido en toda nuestra trayectoria.
Consta de varios edificios, uno de los cuales alberga en su planta superior nuestro Museo de Vino y Arte, en constante proceso de mejora, formado por una colección propia de antigua maquinaria vitivinícola y la Exposición de Pintura Abstracta “El Primero” formada por las 40 obras de arte finalistas de la última edición del Concurso Nacional de Pintura que organiza la bodega para elegir, cada año, la imagen de su vino Primero.
TRADICIÓN Y MODERNIDAD
En su planta inferior, el edificio alberga la sala de crianza. Situada a 5 metros de profundidad, bajo un riguroso control de temperatura y humedad, un parque de más de 1.800 barricas de roble francés y americano dota a nuestros vinos de crianza de una parte de su marcada personalidad. En la misma planta, se encuentran tinas de roble francés de 16.000 lts. cada una, que ayudan a conseguir este objetivo. En ellas llevamos a cabo las fermentaciones malolácticas de algunas elaboraciones y se completan los coupages de las producciones más limitadas.
Las instalaciones se completan con las naves de elaboración y embotellado, que cuentan con una moderna tecnología, imprescindible para conseguir los criterios de calidad marcados por la bodega.
Además de la bodega de Toro, en nuestra bodega de Casaseca de las Chanas, bajo el marchamo de calidad de “Vinos de la Tierra de Castilla y León” se elaboran otras gamas, entre ellos la de vinos dulces Val de Reyes y la serie Modernas Tradiciones.
Vinos con una producción limitada que rinden homenaje en su etiqueta a tradiciones rurales de nuestra tierra y son reflejo de nuestro compromiso con la puesta en valor de lo local y lo tradicional.
LA APUESTA POR LA CALIDAD
Nuestra apuesta por la calidad y la mejora de nuestros procesos e instalaciones se ha traducido en la renovación de las certificaciones de calidad BRC e IFS, algo que ha sido posible gracias un gran equipo de profesionales cuya ilusión y compromiso son uno de los grandes activos de Bodegas Fariña.