Historia de BODEGAS FARIÑA

1942

En un contexto económico de posguerra y en plena guerra mundial, un matrimonio zamorano, como tantos otros, Salvador Fariña y su esposa Tomasa López abandonan su pueblo natal, Porto de Sanabria para establecerse en otro pueblo de Zamora, Casaseca de las Chanas y buscar un futuro mejor.

A 30 km de Toro, en plena Tierra del Vino, empiezan una nueva vida y allí arrancan un nuevo proyecto: elaborar vino en una rudimentaria bodega excavada en piedra calcárea. Es el nacimiento de Bodegas Porto, nombre elegido en honor a su pueblo de origen.

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1942

1968

Su hijo Manuel Fariña, vinculado al negocio familiar desde sus orígenes, regresa de sus estudios de enología en Requena (Valencia) siendo el número 1 de su promoción y se incorpora al negocio familiar con la ilusión de modernizar y ampliar la bodega familiar, que se llamará Bodegas Porto en homenaje al origen familiar.

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1968

1970

Se empiezan a elaborar los primeros “Colegiatas”, intentando cambiar el paradigma de los vinos de Toro, que aún no gozaban de la calificación de la denominación de origen. Esos primeros Colegiatas eran reservas con menos cuerpo y menos graduación alcohólica, con una buena crianza en madera, cuya etiqueta estaba inspirada en el monumento emblemático de Toro, su Colegiata. Vinos muy diferentes a los que habitualmente se elaboraban en la zona, con mucha estructura y altos niveles de alcohol.

Con esos nuevos vinos en el maletero del coche, en esos tiempos en los que no existían los GPS ni los teléfonos móviles, con la guantera llena de monedas de distintos países, mapas de Europa y una gran ilusión, Manuel Fariña –acompañado de su amigo y colaborador en exportación, Jose Antonio Mijares- recorren los distintos países de Europa presentando sus vinos y logrando una gran aceptación internacional.

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1970

1986

Nace Bodegas Fariña. A raíz de la entrada de España en la CEE en 1986, el nombre de Bodegas Porto con el que la bodega había empezado a embotellar sus vinos cambia a Bodegas Fariña. La nueva normativa europea establecía que no podía coexistir el nombre o razón social de una bodega con la de una denominación de origen de cualquier estado miembro, y la coincidencia se producía con la DO portuguesa.

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1986

1987

El entusiasmo y empuje de Manuel le convierten en uno de los principales impulsores de la D.O. Toro y el primer presidente de su Consejo Regulador. Ese mismo año la construcción de una nueva y moderna bodega en Toro supone dirigir la mirada hacia la nueva realidad del mercado y el inicio de una nueva etapa no sólo para Fariña sino para la forma de elaborar el vino de Toro. Y es que lo principal, lo que significó la auténtica “revolución” de esta zona vitivinícola y que fue decisivo para poner a Toro en el mapa vitivinícola mundial, fue la incorporación de nuevos criterios técnicos en la viña y en la bodega.

+ El primer cambio consistió en adelantar en tres semanas la recolección de la uva, lo que permitió el paso de unos vinos que rondaban los 17º de contenido alcohólico a otros nuevos cuya graduación de entre 13º-14º, le acercaba a un nuevo consumidor cuyos parámetros de calidad habían cambiado.

La instalación de un avanzado sistema de control de temperatura en la fermentación, supuso el otro gran cambio que permitiría obtener unos vinos que mantenían el gran carrusel de aromas que ofrecía ya una Tinta de Toro vendimiada en su momento óptimo de maduración.

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1987

1989

Aparte de los numerosos premios que obtuvo a nivel internacional, el Gran Colegiata de 1982 y otros dos vinos de la bodega logran la primera posición en la cata a ciegas de vinos de alta gama organizada por la revista Vinum en Suiza, en la que participan las grandes marcas de los vinos del Duero. La noticia llama la atención también a nivel nacional y pone el foco en el potencial de los vinos de Toro. Sería la semilla que despertara el interés por la zona de otros enólogos y bodegueros.

La añada de 1982 marcó historia en nuestra bodega. Esos primeros premios y reconocimientos internacionales obtenidos con nuestro Gran Colegiata supusieron un antes y un después no sólo para la bodega sino también para la región.

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1989

1995

Manuel Fariña empieza a elaborar su vino Primero por encargo de un cliente holandés. Un vino que une el mundo del vino y el arte, al vestirlo con una etiqueta que reproducía una obra de pintura abstracta, y se convierte en el primer vino elaborado por el método tradicional de maceración carbónica en la región, y en un icono dentro de los vinos de Fariña.

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1995

2015

Manu Fariña, tercera generación de la familia, criado entre uvas y barricas, termina sus estudios como ingeniero agrónomo y el máster en Enología en la Universidad Politécnica de Madrid y se incorpora a la bodega familiar afrontando el futuro con nuevas ilusiones y retos: dar continuidad y una impronta propia a un proyecto que empezó hace más de 75 años, que sigue creciendo en manos de un equipo de profesionales apasionados por el vino y creando nuevas líneas de vinos, como la serie Modernas Tradiciones.

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2015

2019 - 2020

Fariña renueva la imagen y el estilo de toda su gama de vinos de Toro y lanza su Gran Colegiata Original, que evoca en imagen aquellos primeros Colegiata de los años 70. Un vino nuevo que supone una declaración de intenciones: convertirse en un vino icónico y atemporal, que no pierde de vista de dónde es ni de dónde viene.

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2019 - 2020